• El emblemático medio de transporte del Parque Metropolitano de Santiago, inaugurado el 25 de abril de 1925, cumple hoy cien años manteniendo su forma de operar, a través de la clásica sala de máquina, pero sumando nuevas obras para la accesibilidad universal, como la rampa en la estación Pío Nono y el ascensor en la estación Cumbre.
• El titular del Minvu destacó que por el Funicular de Santiago “han pasado muchas generaciones” y enfatizó que Parquemet es una parte importante de la ciudad, que “muchas personas hacen parte de su vida, de su convivencia y su forma de ser, así que tenemos que valorarlo mucho por todo lo que significa”.
Viernes 25 de abril de 2025.– El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes; junto al titular de Interior, Álvaro Elizalde; la directora (s) del Parque Metropolitano de Santiago, Andrea Medina; la seremi Minvu RM, Carolina Casanova; y el gerente de la empresa Turistik, Ricardo Suárez, encabezó la ceremonia de celebración del centenario del Funicular de Santiago, emblemático medio de transporte del Parquemet, declarado Monumento Histórico en 2000 y que, en estos 100 años, ha realizado 1 millón 460 mil viajes.
En la oportunidad, las autoridades realizaron un recorrido desde la estación Pío Nono hasta la estación Cumbre, donde visitaron la cafetería más alta de Santiago, Café Tudor, que cuenta con dos visores hacia la sala de máquina del funicular.
El ministro Carlos Montes relevó que por el Funicular de Santiago “han pasado muchas generaciones de niños y niñas, de jóvenes y, en definitiva, familias que han formado su vida en este parque. Es importante que esto no solo lo vivamos, sino que también lo conversemos, que sintamos que esto es parte de la ciudad, para que construyamos ciudades más humanas, donde convivamos más”.
“Muchos problemas de la vida urbana, como la seguridad, no solo se enfrentan con la educación del colegio y la familia, también promoviendo y desarrollando espacios de encuentro como este. En Parquemet entran, al año, 7 millones de personas. En los otros parques de la red ingresan alrededor de 4 millones y medio de personas adicionales. Es decir, muchas personas hacen parte de su vida este parque, de su convivencia y su forma de ser, así que tenemos que valorarlo mucho por todo lo que significa”, complementó el titular del Minvu.
Por su parte, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, destacó que el funicular “mantiene una historia larga en movimiento, que tiene como eje central al Parquemet, al cerro San Cristóbal y los cerros aledaños, que forma parte del corazón de Santiago. Sin lugar a duda que es una obra señera en su tiempo, que está vinculada a lo que ha sido la historia de la región Metropolitana y de la ciudad de Santiago, y que ha sido un espacio que muchos hemos compartido en familia”.
En tanto, la directora (s) de Parquemet, Andrea Medina, valoró la celebración del centenario de este medio de transporte, catalogándolo como “un ícono de la ciudad. Es una de nuestras joyas que, como institución, cuidamos a lo largo de estos cien años y la puerta de entrada a este parque de más de 700 hectáreas, que, a su vez, es un punto de reunión para las familias chilenas y para quienes nos visitan. Estamos muy contentos y vamos a seguir trabajando en la senda de poder hacer una mejor ciudad y más justa”.
Finalmente, el gerente de la empresa Turistik, Ricardo Suárez, operadora del Funicular de Santiago, reiteró la invitación “a visitarlo, a compartir estos momentos memorables que nos conectan con el alma de la ciudad, viajes que todos recordamos desde niños, para, después, probablemente, venir con nuestros hijos. Estamos felices de que nos vengan a acompañar en este centenario”.
El funicular opera de martes a domingo de 10:00 a 18:45, y los lunes de 13:00 a 18:45 (cerrado el primer lunes del mes). El ticket solo de ida hacia la cumbre tiene un costo de $1.600 los días de semana y $2.050 el fin de semana. Los tickets de ida y vuelta cuestan $2.250 y los fines de semana a $2.950.
Un poco de historia sobre el Funicular de Santiago
Alberto Mackenna, exintendente y sobrino de Benjamín Vicuña Mackenna, impulsó la construcción de caminos, miradores y el funicular en 1921. El funicular fue inaugurado el 25 de abril 1925, durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma, y declarado Monumento Histórico en 2000, por ser un ícono en la memoria colectiva de los santiaguinos y un ícono de la ciudad.
Los carros fueron importados de Milán desde la casa Ceretti y Tanfani y tenían capacidad para 50 personas. En un principio diferenciaban entre primera y segunda clase: la primera tenía techo y asientos, mientras que la segunda ninguna de las dos comodidades. El viaje inicial duraba 15 minutos.
En el año 1968, el techo de madera original se reemplazó por uno de acero y género, similar al que tiene actualmente.
En 2019, Parquemet del Minvu inició un proyecto de conservación y restauración de 3 años. Reabrió a público en 2022 y el año pasado se inauguraron obras con accesibilidad universal como la rampa en la estación Pío Nono y el ascensor en la estación Cumbre.
Hoy consta de un carro con capacidad para 40 personas con un recorrido inclinado de 500 metros que demora, actualmente, entre 7 y 10 minutos. La operación del Funicular está en manos de Turistik.
Sala de máquinas
Desde que se inauguró en 1925, ni una sola pieza de su mecanismo ha sido reemplazada. En la sala, construida por el arquitecto Carlos de Landa, hay dos enormes engranajes de fuerza, lubricados con grasa y empujados por dos piñones chicos, dos poleas grandes de frena y una pequeña de emergencia. El sistema es impulsado por una correa conectada a un motor eléctrico trifásico de 102 caballos de fuerza y 725 revoluciones por minuto, y una piola de 535 metros de largo tira los carros de Pío Nono hacia la Cumbre y viceversa.
El funicular tampoco ha cambiado su forma de operar. Desde una pequeña cabina en la sala de máquinas, el maquinista controla con un máster la corriente que recibe el motor; se comunica con los conductores, que viajan junto a los pasajeros; y con un timón frena los carros de cada estación.
El maquinista y el Papa
La sala de máquinas conserva su mecanismo original desde 1925. El maquinista Gabriel Cáceres trabaja allí desde 1983, siguiendo los pasos de su padre, y tuvo la oportunidad de trasladar al Papa Juan Pablo II en 1987.
Cáceres llegó a trabajar un 17 de julio de 1983, cuando tenía 22 años. Su papá maquinista, le invitó a sumarse al equipo como conductor.
En 1987, le tocó trasladar hasta la cumbre del cerro al Papa Juan Pablo II, Lo saludó y logró intercambiar algunas palabras con el Pontífice. Tres años después, dejó el trabajo de conductor y asumió como maquinista, mismo oficio que tenía su padre.
Gabriel recuerda que su papá llegó al funicular de Santiago en 1954 como conductor, años después pasó a ser maquinista y se jubiló en el 2000.
“Historia en Movimiento” es el lema del centenario del funicular. Por ello, en el microdocumental del mismo nombre —y que se presentó este viernes— se destacan su rol como testigo de las transformaciones urbanas y sociales de Santiago.